En la madrugada del 2 de abril, fuerzas argentinas iniciaron la guerra de Malvinas al tomar por asalto las Islas Malvinas e instauraron un gobierno local bajo el mando del general Mario Benjamín Menéndez. Galtieri, por su parte, apostaba porque los británicos accederían al diálogo.Sin embargo, un día después, la entonces primera ministra británica, Margaret Thatcher, despachó su flota hacia el Atlántico Sur, mientras que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas exigía el repliegue de las tropas argentinas y el inicio de las negociaciones.

Nada de eso ocurrió y tras el fracaso de la diplomacia para abrir el diálogo, el 2 de abril estalló la guerra de Malvinas con un bombardeo británico sobre Puerto Argentino, la rebautizada capital de las islas.

Un día más tarde, el conflicto vivió uno de sus acontecimientos más cruentos y polémicos de la guerra de Malvinas: el submarino nuclear británico ‘Conqueror’ hundió el crucero argentino ‘General Belgrano’ donde murieron 323 soldados argentinos.

El 12 de junio, mientras los combates cada vez más violentos sacudían las Islas Malvinas y la guerra estaba en su peor momento, en Buenos Aires, el Papa Juan Pablo II congregó a dos millones de personas para orar por la paz. Dos días después, ya sin capacidad de respuesta, el general Menéndez firmó la rendición.

El día 15, Galtieri convocó a la población a Plaza de Mayo con el propósito de anunciar la rendición y realizar un balance del conflicto. Había terminado la guerra de Malvinas. Los partidos políticos de la oposición, hicieron responsables a los militares de haber utilizado la excusa del conflicto para frenar las presiones sociales y mantenerse en el poder.

La derrota de la guerra de Malvinas provocó una profunda crisis en el régimen militar. El desgaste del gobierno de facto argentino se aceleró y la salida de la guerra de Malvinas hacia la democracia ya tenía fecha: octubre de 1983 de la mano del Dr. Raúl Alfonsín, tras la triste guerra de Malvinas.