“Cosechas de injusticias”: la historia de Pedro Peczak…
La vida, pasión y muerte de Pedro Peczak, militante con fuerte sentido religioso de la vida, acento en lo gremial y participación en lo político de Misiones le sirve a Eduardo “Balero” Torres para reconstruir de manera minuciosa y con el detalle del artesano qué ocurrió en Misiones desde fines de los años 60 hasta la llegada de la dictadura militar en 1976.
Por Mario Pernigotti

Los movimientos rurales que convocaron a los colonos misioneros terminaron plasmándose en el Movimiento Agrario de Misiones (MAM) y su activismo político cargado de reclamos y propuestas forman parte del libro de Torres. Fue su primera obra y está perfectamente documentada.
El MAM fue el vehículo para reivindicar los reclamos del sector primario de Misiones. Y de a poco, Peczak fue involucrándose en ese accionar de llevar la representación de los colonos de la provincia. En 1971 irrumpe el MAM para ello.
Durante años, Torres fatigó (verbo borgiano, si los hay) los archivos de El Territorio que era uno de los pocos registros testimoniales sobrevivientes de esos momentos. Así le fue dando forma a su obra.
Luego vino la etapa de las entrevistas y notas.

Muchos, como el propio Peczak ya habían desaparecido. Algunos, luego de las torturas y tormentos crueles habían vuelto a sus vidas en las colonias o ciudades de la provincia, Otros continuaban sus vidas en el exilio.
Así, con la paciencia de un orfebre, las historias fueron tomando forma hasta adquirir la forma de un libro.
En aquella época, hubo la llegada de los formadores ideológicos de Buenos Aires o grandes centros urbanos. Tipos preparados que en dos horas de “bajada de línea” te podían transformar en un militante jugado y dispuesto no solo a jugarte por tu gente sino directamente a tomar las armas y salir a combatir desde la guerrilla.

Muchos de esos ideólogos fueron los primeros en huir cuando la democracia tambaleó en 1976. Y tuvieron un buen pasar en el exterior como asilados políticos. Y durante el gobierno menemista terminaron cobrando recompensas fabulosas (se resarció a cada exilado con unos 200 mil dólares).
Pero muchos pobrecitos que no pudieron huir, que no la vieron venir –como en el caso de Peczak- pagaron con su vida la osadía de salir a defender a los colonos y la producción misionera.
La sed de sangre de las fuerzas que tomaron el poder en 1976 se sació con los pobrecitos que andaban escondiéndose en sus chacras y que eran capturados como un tatú en su hueco.
Con los nombres reales de represores y reprimidos, el detalle de los hechos, y la interpretación de sus causas históricas y sociales, este libro cuenta cómo y por qué la provincia se tiñó de sangre cada vez que hubo reclamos de los colonos y por qué es necesario, para que nunca más ocurran, conocer estos sucesos en los que el idealismo, la abnegación y el valor confrontaron con la brutalidad del crimen organizado desde el Estado.
“Cosechas de Injusticias” es, en definitiva, el testimonio irrefutable de un período de nuestra dolorosa y contradictoria historia. Un documento que no puede ignorarse sino a riesgo de volver a cometer los mismos errores.
En 2017, el libro Cosecha de Injusticias obtuvo un reconocimiento de la Sociedad de Escritores de Misiones, encabezada a la sazón, por Aníbal Silvero.

Este libro va más allá de los aspectos biográficos y de ese período en particular. Entrelazándose con la abnegada y torturada vida de Peczak, el lector asiste a los motivos profundos por los cuales Misiones, como abigarrado mosaico de culturas, generó un movimiento agrario combativo que dio lugar a que en diferentes épocas sufriera las más feroces represiones de que se tenga memoria.

“Hoy recuerdo ese día cuando nos trajeron el cuerpo de Pedro, mi hermano. No saben lo que fue para mi madre, todavía me embarga la tristeza, a pesar de los muchos años transcurrido, porque no se puede creer que un argentino haya hecho lo que han hecho con el cuerpo de Pedro. No teníamos consuelo en ese momento, le pedíamos a Dios que nos saque la vida”.
Así recordó Ana, la hermana de Pedro Orestes Peczak a las familias de Los Helechos que también sufrieron esos duros momentos. Fue cuando se inauguró la plaza del Anfiteatro como un recordatorio de Pedro Peczak “Solo por querer buscar justicia terminaron torturados, desechos, desaparecidos y muertos”.
En marzo de 1976 la Dictadura declara ilegal al MAM. A partir de ese momento Peczak y otros 400 dirigentes comenzaron a ser perseguidos. El 22 de noviembre de 1976 fue arrestado en la casa de sus suegros y torturado hasta la muerte por las Fuerzas Armadas, quienes entregaron el cuerpo mutilado a sus familiares el 17 de diciembre de 1976
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